Gustav Mahler (1860–1911) fue un compositor y director de orquesta austriaco, cuyas sinfonías y ciclos de canciones orquestales son considerados logros monumentales dentro de la música occidental. Nacido en una familia judía en Bohemia (hoy parte de la República Checa), Mahler ascendió en el mundo de la ópera europea hasta convertirse en uno de los directores más respetados de su época, con cargos en Viena, Budapest y Nueva York.
Su música —especialmente sus nueve sinfonías— combina una grandiosidad orquestal imponente con una reflexión personal profunda, abordando temas como el amor, la muerte, la espiritualidad y la lucha existencial. Obras como la Sinfonía No. 2 “Resurrección”, la Sinfonía No. 5 y Das Lied von der Erde (La canción de la tierra) reflejan su búsqueda constante de significado en un mundo turbulento.
Aunque fue una figura controvertida en vida, la reputación de Mahler creció enormemente después de su muerte. Su obra, emocionalmente expansiva e innovadora en estructura, ha influido a compositores como Shostakovich y Leonard Bernstein.
Hoy, Mahler es reconocido como un visionario que tendió un puente entre el Romanticismo y la era moderna, destacando por su honestidad emocional y su ambición sonora sin precedentes.